jueves, 3 de junio de 2010

Un tal Rafael, de apellido Romero

Bueno, sí. Por varios medios de información nos hemos enterado lo que hace Rafael Romero, especialmente con Te Prometo Anarquía; ya se sabe: una amalgama de entrevistas y artículos giran alrededor de ese interesante proyecto, con un interés por darlo a conocer para que la humanidad y el ciber-universo se enteren de las propuestas artísticas de jóvenes guatemaltecos, sin discriminar a nadie. A nadie.

Pero, ¿quién es Rafael Romero?; lo seguro es que se sabe poco o nada. Lo seguro es que vive en España, es Licenciado en Letras, y que administra un sitio web para impulsar a artistas nacionales. Lo que no se sabe es lo que piensa y siente de estar lejos
, sus aficiones. Lo que nada se sabe es de sus proyectos... Así se podría sacar una larga lista para tratar de conocer un poco más sobre él, pero para qué dar más vueltas, con la que a continuación se presenta, sirva para indagar y saber un poco sobre Rafael Romero.

[GUATEMALA]
Según las fotos y campañas publicitarias del INGUAT, uno de los países más bellos del mundo. Lo dicen sus paisajes, sus contrastes, su pluriculturalidad y su multietnicismo. Según la realidad, uno de los países más bellos del mundo… desgraciadamente castigado, azotado e infectado por la pobreza, la violencia, la falta de educación, la corrupción, la demagogia, la intolerancia, la estrechez de miras, el conformismo, la injusticia social, el narcotráfico y la ineficacia de sus gobernantes. Según mi imaginario personal, un caserón inmenso e inabarcable que todavía no conozco, que incluso a veces no comprendo. Una mina mal explotada. Un laberinto de legados innegables. Una especie de barco verde y extenso que, aunque lentamente, ahí va, avanzando.

[ESPAÑA] Si le preguntas a un español que ahora mismo vive en Guatemala que qué le parece nuestro país, seguramente te dirá que es «como España hace treinta años». Y si lo dice así, quizás tenga razón. Sin duda, hay una diferencia considerable en cuanto a desarrollo e infraestructuras. Los organismos funcionan mejor, hay más servicios. Sin embargo, cuando vives aquí y te haces parte de esta cultura y de esta sociedad, te vas dando cuenta de que las raíces no son tan distintas, que hay más similitudes de las que te imaginabas, que hay muchos puntos de encuentro entre nuestro país y éste. Además, aunque en menor escala, hay problemas que son comunes, como en Guatemala o en otros países: desempleo, pobreza, violencia de género, corrupción, etc. Dicho esto, hay instantes muy precisos (sólo instantes) en los que creo no haber salido de Guatemala.

[MULA QUE ES UNO] Mi lado B, no tanto como alguien que escribe sino como persona, como individuo que necesita expresarse. Un ejercicio del lenguaje coloquial, una rústica apoteosis a nuestra idiosincrasia como guatemaltecos. Rex es una especie de alter ego que a veces se le va la lengua diciendo las cosas bajo el pretexto de que todo son «muladas», de que todo es «chingadera». Surgió por necesidad, para mitigar el vacío que produce vivir lejos de tu tierra, suspender temporalmente tus registros lingüísticos y desligarte de tus costumbres; para mantener vivo ese nexo con lo que se es y se ha sido. Quizás sea visto como un blog más, como un espacio carente de seriedad en donde priman la chabacanería y la vulgaridad, pero a lo largo de estos cuatro años quienes han estado pendientes de él desde el principio saben que es más que eso.

[LUIS DE LIÓN] A los dieciséis años leí El tiempo principia en Xibalbá e indiscutiblemente me marcó como más adelante lo haría la poesía de Vallejo y la de Cardoza y Aragón, incluso más que el realismo mágico de Asturias, al que no llegué a sentir tan cercano. Digo cercano, porque a Luis de Lión lo conocí no sólo a través de sus libros sino por la boca de mi padre. Estudiaron juntos en el internado del INVAL, en Antigua, y posteriormente siguieron compartiendo amistad hasta que de Lión decidió dejar su San Juan del Obispo natal, dedicarse al activismo sindical (PGT) y formar parte de la cúpula ideológica de los primeros grupos de la guerrilla guatemalteca en los 60. Las anécdotas de mi padre me incitaron a convertirme en una especie de devoto de de Lión y de su obra. En un par de ocasiones visité su casa (ahora museo) y tuve la oportunidad de enriquecer esa devoción gracias a su mujer, María Tula: fotos, primeras ediciones, recuerdos, más anécdotas. Me sobrarían palabras para definir a Luis de Lión aún sin llegar a conocerlo en persona. Sus textos son realidad y vida, y hablan por sí mismos. No podría definir a cabalidad la gran influencia de de Lión en mi manera de ver y de concebir la escritura y la literatura.

[ESCRIBIR] En mi caso, más allá de una vía fundamental para la expresión, una necesidad de carácter lúdico, un entretenimiento.

[POESÍA] A excepción de la de Bukowski, por mencionar un ejemplo, suelo evitar aquella que tiende a narrar sucesos y a emparentarse con temáticas sociales y/o reivindicativas de manera explícita. Me considero un pobre lector de poesía, tengo que decirlo. Consumo más narrativa. La poesía es algo exquisito de lo que no me gusta saturarme. He ahí mi costumbre de leer y releer a ciertos poetas escogidos (contados) y procurar que mi fascinación no sea efímera, que se prolongue, que permanezca. Una buena dosis me es suficiente. Tanto leída como escrita, creo que la poesía es un hecho revelador y profundo. Llevo casi quince años intentando «profundizar» en ese hecho, tratando de «revelarme»; el «yo» es siempre demasiado complicado.

[LITERATURA] Todo aquello que pervive en los libros y que, independientemente de la duración del momento en que comulgas con ello, no te deja indiferente.

[NOSTALGIA] Por razones que todavía no comprendo, es un sentimiento que empezó a estar presente en mi vida desde la adolescencia. No sólo me afecta mucho el paso del tiempo, la muerte, las despedidas, los viajes, eso de que «nada es para siempre», sino que vivo parcialmente anclado en el pasado. Eso, más mi condición de inmigrante, lejos de mi familia y mis amigos de la infancia, forman el cóctel perfecto para que la nostalgia sea una de las emociones que más aparece en mi día a día. Muchas de las cosas que he escrito, de alguna u otra manera, parten de una situación o estado de nostalgia. Es un motivo recurrente.

[LOS MISMOS] Hablando de literatura, los de la foto. Los que dan por hecho que deben ser reconocidos, los que acaparan los espacios, los que tienen esa facultad y ese beneplácito. Los que cuando no son ellos los de la foto, hacen todo lo posible por estirar el pescuezo, empinarse, pasarle el brazo por la nuca a otro o hacer alguna mueca absurda con tal de salir retratado. Los que creen tener la verdad, los que siempre tienen algo que decir, los auto-elegidos.

[LOS OTROS] Los reacios a adular, los apáticos, los que no necesitan pertenecer, los que ven el mundo detrás de una cortina, los que se sientan en la última fila. Los que no siguen el mismo camino y prefieren ir andando entre el monte, a la mano de Dios, macheteando, haciendo su propia brecha.

[ELITISMO LITERARIO] Mal endémico de aquellos que se vanaglorian de ser los elegidos.

[FOTOGRAFÍA] Como todo voyeur y observador empedernido, siento una gran afición por la fotografía y por las imágenes. Me parece mágico que x o y elemento visual pueda ser capaz de transmitir mucho más, a veces, que las mismas palabras. Ese poder de transmisión siempre me ha parecido inquietante. Entre mis muchas frustraciones personales, está la de no haber nacido con la disposición ni la habilidad de los fotógrafos. Aún así, me atrevo a sacar mi camarita de vez en cuando y hacer como que capturo algo. Amateur, que le dicen.

[EXPLOTARÁS CONMIGO] Si mal no recuerdo, mi primer poema (supongamos que lo era) lo escribí a mediados de 1995, como tarea de la clase de Didáctica del Idioma Español. En los siguientes cuatro años, aproximadamente, llegué a acumular más de quinientos textos (desahogos adolescentes, derroches de emoción pura, sentimentalismo, verborrea incomprensible e influencias más disimuladas). Entrado ya en plena carrera universitaria comencé un proceso de purificación y de restauración de dichos textos, proceso que continuó hasta hace un par años en los que decidí reunir el resultado de tanto filtro en un posible libro, agregando algunos textos sueltos que fui escribiendo durante la marcha y, sobretodo, procurando que guardaran cierta relación entre sí, una especie de leit-motiv. Poemas en los que, con cierto pesimismo, comparto mis preocupaciones personales acerca de la vida, del ser y del estar, y de la muerte. Eso es Explotarás conmigo.

[ESCRITORES] Tantísimos que está demás enumerarlos. Mis lecturas se basan en dos etapas: Guatemala, en la que leí a muchos escritores latinoamericanos; y España: en la que suelo leer más escritores anglosajones y europeos, para equilibrar un poco la balanza. La mayoría narradores y/o novelistas.

[DEPARTAMENTO DE LETRAS] Un punto de partida. Un espacio vital en donde desarrollé el hábito de la lectura, adquirí un sentido más crítico respecto de la literatura, conocí a muy buenos catedráticos y compartí con los que considero mis hermanos: Julio Avendaño, Edgar González, Samara Pellecer, Marco Valerio Reyes y Guillermo Díaz, entre otros, a quienes les debo mucho de lo poco que sé y mucho de lo que soy. Cuando me imagino el nivel de comunicación y de conexión que llegamos a generar en esos años, me siento dichoso y afortunado.

[POETAS] Mi breve y escueto line-up se resume en Vallejo, Cardoza y Aragón, Paz, Panero, Pound, Bukowski, Parra, Girondo, Huidobro, Pizarnik, Rojas, Cortázar, Ruano y Gamoneda. Una mezcla un tanto ecléctica pero efectiva para mis necesidades reflectantes, existenciales y antropológicas. Suelo acudir a ellos en momentos especiales y suelo releerlos porque sé que en cada ocasión me dirán algo distinto.

[SANTILLANA] Una experiencia interesante y enriquecedora (compartí con gente a la que le guardo respeto y cariño) con un final un tanto desconcertante. Sin embargo, el finiquito de nuestro despido (masivo y justificado mediocremente, hay que decirlo) sirvió para sufragar mi viaje a Madrid —allá por Noviembre del 2005— y andar un par de semanas por estas tierras como turista despreocupado. En ese sentido, ocurrió cuando tenía que ocurrir y creo que fue para bien, sin duda.

[PINTORES] Voy al grano, con el impulso del buen fanático: Dalí, Picasso, Tàpies, Varo, Darger, Barceló, El Bosco, Basquiat, Bacon, Balthus, Valdés, Cuevas, Schiele, Ydañez, Beuys, Modigliani. Josué Romero y La Torana, mis respetos.

[MADRID] Acostumbrado a moverme en lugares pequeños y tranquilos (Jocotenango, Antigua Guatemala) y a viajar periódicamente a la ciudad capital por motivos puntuales y a lugares específicos (estudio, trabajo), mudarme a una urbe de las dimensiones y el ajetreo de Madrid supuso un cambio radical para mí. Sin embargo, el carácter cosmopolita de las zonas céntricas madrileñas y lo que percibí como “aires de seguridad y tolerancia” me hicieron recordar a Antigua (a mi versión personal de Antigua, claro). Ello, unido al deseo de cambiar de aires, de ver mundo y a la emoción por conocer una ciudad que siempre me había atraído, facilitó mi adaptación. La oferta cultural de Madrid puede llegar a ser abrumadora: hay tanto para ver, ir, hacer, participar que nunca hay tiempo para todo. Vivir aquí me ha ayudado a formarme y a ampliar mis miras respecto de la escritura, la literatura y el arte. He conocido gente que me ha influido mucho y de la cual he aprendido. Y ahora soy un ciudadano más, es todo.

[JOCOTENANGO] Más que un pueblo, es mi esencia. Hablar de Jocotenango, para mí, es como querer reducir a unas cuantas palabras lo que ocurrió durante veintiocho años. Imposible. Jocotenango ha cambiado. Más allá de lo que pueda significar, para bien o para mal, el pueblo que yo llevo y que, desde mi perspectiva idílica y emocional, me pertenece, no me lo cambia nadie.

[INÉDITO] Hasta la fecha quizás el calificativo que más se adapta a mi persona, con la salvedad, quizás para muchos poco significativa, de mis blogs y de esporádicas publicaciones de en revistas digitales e impresas.

[INFANCIA] Crecí entre árboles, entre caminos de tierra y cercos de chichicaste. Mis juguetes eran chiriviscos simulando rifles, naranjas simulando bombas, pedazos de vasijas simulando oro. Mi casa también fue la calle, las vecindades. Mis primos y vecinos, mis compinches. Mi padre me daba «colazos» en su moto, jugábamos «fut» en la grama del patio antes del almuerzo. Mi madre me llevaba a la capital, en camioneta, y yo vomitaba. Mi madre me consentía y me sentaba a ver caricaturas con mi tazón de Cerelac o mi taza de Incaparina. Mis hermanas me cuidaban y me hacían cariño. Jamás volveré a sentirme tan seguro y protegido bajo ningún concepto.

[ADOLESCENCIA] Rotundamente precoz, en todo el sentido de la palabra y en todas las interpretaciones y/o connotaciones posibles.

[DE GENÉSIS Y ENCIERRO] Es el título de una selección de textos (21) más o menos breves que escribí entre 1999 y 2004, que decidí reunir a manera de libro y que, si la suerte me acompaña, espero sacar a la luz pronto. No sé exactamente si son relatos, cuentos o simplemente escenas narrativas; algo serán, supongo. El hecho de haberlos escrito en una época importante y determinante de mi vida me ha motivado para no abandonarlos y traspapelarlos. Honestamente, es una cuestión más sentimental que literaria. Pero también es una necesidad de cerrar un ciclo, de hacer algo importante con ellos. Tendrán carencias, pero conservan ímpetu (juvenil), versatilidad (despreocupada) y sentimiento, que no es poco.

[EL ELEGIDO] Se trata de una novela corta que escribí no hace mucho y que, valiéndose de testimonios orales de los propios personajes, intenta retratar un fragmento de la vida de Bartolomé López, borracho callejero, arisco y solitario, y de cómo, para su desgracia, un hecho ajeno a su voluntad (el rehusarse a corresponder el amor de una mujer), lo arroja a una vorágine de sucesos en donde queda al descubierto gran parte de las vidas íntimas de los personajes que giran a su alrededor y el lado oscuro de él mismo, como protagonista. Una voz lo elige a él, de ahí el título. Lo veo como una especie de ejercicio del lenguaje y de la oralidad por encima, incluso, de la estética que exige cada texto que se haga llamar literario; una narración, en este caso. Ambientada en el centro de la capital guatemalteca, es una historia cargada de jocosidad, ordinariez, crudeza, picardía y bizarría, salpicada constantemente por la obscenidad y el erotismo popular con el que actúan los personajes. Una historia que subyuga el artificio y su propia estructura (trama) a la espontaneidad de la palabra hablada, a lo coloquial y a la idiosincrasia de las y los guatemaltecos. Una especie de acercamiento al hiperrealismo.

[LIBROS] Más que un objeto-fetiche, un bien necesario e ineludible. Suelo consumirlos con obsesión desde ambas perspectivas, con fines hedonistas y masoquistas. Crecí entre ellos gracias a la bien nutrida biblioteca de mi padre. Aborrezco los best-sellers, a sus autores, a las editoriales que los publican y a sus fórmulas comerciales que logran plagar ciudades enteras y embrutecer masas. Detrás de sus bien construidas y elaboradas historias no hay un sustrato, no hay nada que el autor esté desesperado por decir, no parece haber nada.

[MÚSICA] Aunque me gusta el silencio, prefiero la música, especialmente para escribir, para andar por la calle o cuando voy en transporte público. No sólo me relaja sino que me aísla. Detesto los gritos, el ruido, la bulla, ese contacto auditivo con la ciudad y con la gente. Al igual que con la comida (siempre busco la que esté más sabrosa, mejor condimentada) en la música busco ritmos, letras y melodías que me toquen, que me conmuevan, que me inciten a algo, que me hagan asociarlos a mi estado de ánimo. No me importan las modas y los géneros, lo comercial o no comercial, me importa proveerme de dosis permanentes de armonía.

[PELÍCULAS] Si logra no moverme del sofá ni para ir al baño o que me no quede dormido, una película siempre será bienvenida. Que sea buena, será otra cosa. De todas formas, tiendo más hacia el cine independiente y a las piezas raras con actores/directores poco conocidos que cuentan historias reales y humanas. Al igual que con los libros y el arte en general, siempre busco correspondencias.

[PADRES] Sería de una total insolencia no aceptar que tengo los mejores padres posibles. Me criaron con la sencillez y la inteligencia que los caracteriza, y me dieron toda la libertad e independencia que quise para decidir, prácticamente por mí mismo, lo que quería hacer con mi vida, lo que yo considerara mejor para mí. Su apoyo ha sido incondicional desde que decidí abandonar mis estudios de Química Farmacéutica y cambiarme a Letras hasta la fecha. Puedo despotricar contra la sociedad, contra la humanidad, contra los que me rodean e incluso contra mí mismo, pero creo que nunca tendré las razones suficientes para reprocharles nada. Los amo y me emociona mucho saber que cada año que pasa me parezco más a ellos.

[HERMANOS] Admiro y respeto a mis tres hermanas y a mi hermano simple y sencillamente porque se lo merecen, más allá del cariño y del amor, que son tácitos y sobreentendidos. Los veo y los siento como personas auténticas que luchan por ellos y por sus familias. Lo de mi hermano y su labor social con el proyecto Los Patojos es realmente digno y encomiable, por la energía, el esfuerzo y la gran carga de responsabilidad que, pese a su juventud, lleva con diligencia y perseverancia.

[ELLA] Cristina es la razón principal por la que decidí venir a España. Detrás de mí, es quizás la persona que más me conoce y que más me ha soportado en estado puro, con mi temperamento, con mi salvajismo, con mis complejidades, con mis manías y con mis exigencias. Además, ha sido de las pocas personas que me ha empujado a tomarme en serio la escritura y a disciplinarme: me ha dado tiempo y espacio. No podría convivir con nadie más que no fuera ella. Estamos conectados hasta telepáticamente. En serio.

[COMIDA] Por alguna razón, que lo más seguro es que tenga que ver con la atmósfera familiar y festiva que generan, por las bebidas que los acompañan y por los condimentos, tres son los platillos que, independientemente del día y la hora, no podría negarme: ceviche, churrasco y tacos mexicanos. Por otra parte, soy el fan número de las sopas, de las salsitas, de los chirmolitos y de los recaditos. Me gustan las frutas.

[VIAJAR] Todo desplazamiento de tu lugar de origen y de tu entorno, suele ser beneficioso. El hecho de viajar supone desligarte y abrirte más a lo que te es ajeno. En términos de experiencia vital, viajar es sin duda una de las más fundamentales. Sólo estando fuera, independientemente de la lejanía y del grado de diferencias culturales, se comprende mejor el lugar al que uno pertenece, se visualiza mejor la identidad propia y se aprecian otros detalles de tu país, de tu tierra. Las experiencias de cada viaje (España, Senegal, Venecia, Berlín, Ámsterdam, etc.) y del hecho en sí de viajar, en mi caso, han sido muy importantes como fundamento para todos los proyectos de escritura en los que estoy involucrado.

[AUTORES JÓVENES GUATEMALTECOS] Admiro a muchos, sobre todo a los que se centran a escribir y prescinden de figurar a toda costa. A los que están conscientes de que llegar a escribir bien puede llevar años, años y años. A los que pretenden escribir ya no sólo para Guatemala, sino para el mundo. Son contados, pero tengo la corazonada de que llegarán lejos. A muchos los conozco. Sé que al leer esto sabrán que me estoy refiriendo a ellos. En términos generales, el panorama joven está evolucionando para bien: hay más opciones, más espacios, más movimiento, más quehacer. Si no lo creyera, no invertiría mi tiempo en Te prometo anarquía, por ejemplo, en donde se pueden encontrar propuestas que encajan con lo que estoy comentando.

[BLOGS – WEB 2.0] Con supuestos fines literarios, he logrado mantener con cierta regularidad (por no decir, poca), primero, Cinco kilos de vacío y, actualmente, Epifanía doméstica de la nostalgia pura. Dos espacios en los que he ido publicando textos y alguna que otra foto, más que todo para sondearme un poco, para compartir. El uso de Internet ha sido fundamental para mí, no sólo para dar a conocer parte de las cosas que escribo, sino para generar vínculos con gente que se dedica a escribir o que está involucrada en procesos artísticos, tanto de Guatemala y de España, como de otras partes del mundo.

[RAFAEL ROMERO] Alguien proclive a las adicciones, obsesiones y al aburrimiento.

Foto: Cortesía Rafael Romero.